Durante estos días en que no pude actualizar mi blog, no me pasó nada interesante. Nada. De nada.
Bueno... una entrevista de trabajo que no llegó a nada, pero eso es todo. No sé si eso puede o no considerarse interesante.
Lo único que puedo contar es que hace... ¿tres semanas? finalmente me decidí y completé mi transcición a totalmente vegetariana.
Para aquellos que no saben, toda mi vida fui un desastre para comer. Nunca me gustó nada. Mi madre se ha vuelto loca conmigo cada vez que tenía que cocinar. Lo único que comía bien, sin chistar eran pastas y... carne. Me devoraba los asados de los domingos. Hasta que un día mi papá tuvo la desgracia de darme un pedazo poco cocido. Lo corté y encontré una vena. Me asqueé.
Poco después, alguien me explicó a qué parte del cuerpo del animal corresponde cada achura. Segunda asqueada.
No mucho tiempo más tarde, mi hermano y yo compramos pollo frito en Wal-Mart. Cuando lo pinché con el tenedor me saltó un chorro de sangre.
Gradualmente fui eliminando el asado. Churrascos out. Y, un día hace dos años, me intoxiqué taaanto con una hamburguesa de McDonald's que no volví a tocar una hamburguesa. Ni siquiera marca Patty. Nada de nada. Nunca más.
Algunos días después de eso mi mamá hizo milanesas. Me comí el pan rallado y dejé la carne.
Pero en el camino no solamente dejé de comer cortes vacunos o de cerdo por pasarme una semana vomitando gracias a un puto cuarto de libra con queso. Me concienticé. Me di cuenta que lo que estaba comiendo era un animal que, les guste o no a aquellos que comen carne, fue asesinado para que nosotros podamos alimentarnos, como si tuviéramos derecho a depender de la vida de algo a nuestro antojo. Animales que sienten dolor tal y como nosotros lo hacemos. Que porque no se levanten todas las mañanas y se vistan para ir a trabajar, no quiere decir que sean inferiores. Que porque no tengan voces propias no quiere decir que podamos silenciarlos.
Así que hace unos cuantos días eliminé por completo lo poco de carne animal que todavía consumía (algún que otro pedacito de pollo y jamón). Porque cuando comemos, como con cualquier otra cosa que hacemos en nuestras vidas, estamos tomando una decisión. Y yo decidí que yo no voy a disponer de la vida de un animal a mi antojo, teniendo otras cosas que puedo comer sin causar ningún dolor. Y que puedo vivir de una manera más sana, feliz y consciente sin perder los nutrientes que mi cuerpo necesita para seguir funcionando.
Al principio creí que iba a vivir a milanesas de soja y ensalada, pero me equivoqué. Descubrí que puedo comer cosas riquísimas (muchas que jamás había querido comer antes) sin necesidad alguna de incorporar ningún tipo de carne. Descubrí que me encanta experimentar todos los días en la cocina, incorporando cada vez más cosas que son buenísimas y que me venía perdiendo. Descubrí que me siento mejor de verdad, que las comidas ya no me caen tan pesadas y que es probable que nunca antes haya estado tan saludable.
Mi viejo está completamente en contra. Es un carnívoro de pies a cabeza. No importa qué coma, siempre tiene un pedazo de carne en un lado de su plato. No hace otra cosa que decirme que en un mes voy a tener una anemia de aquellas. Me pone caras cuando ve lo que me sirvo para comer.
Mi mamá está en un cincuenta y cincuenta. Cocinamos juntas y se copa a comer lo mismo que yo. Pero de vez en cuando me quiere deslizar un poco de jamón en alguna comida "para darle gusto". No entiende que muchas veces ser vegetariano no es sólo no comer carne, sino tratar de extender eso a otras cosas, como a no comprar botas de cuero, por ejemplo. Ella sólo dice que no tiene ganas de escuchar tantas boludeces y que tampoco me vaya al otro extremo.
No sé si es un extremo o no. Supongo que eso queda librado a la perspectiva de cada uno. Pero si ese extremo es un mundo donde los animales no se mueren para darnos de comer, para abrigarnos, o sólo para cosas más superficiales, como vernos increíbles con una cartera o un tapado de pieles... quizás yo quiera estar en ese extremo. Baby steps, dicen. Pero llegar. Porque al fin y al cabo parece un mundo mejor.
Algunas páginas si quieren chusmear:
Unión Vegetariana Argentina
HazteVegetariano.com
PETA en Español
Y algunos testimonios válidos que encontré por ahí!
Ojalá esto sea sólo un comienzo. Si yo me desperté y me decidí, quizás el resto de la sociedad también lo haga. Eventualmente.
L.-
lunes, 7 de junio de 2010
. Glad to be green .
Posted by L. at 10:27 p. m.
Labels: animales, comida, padres, trabajo, vegetarianismo
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