martes, 20 de abril de 2010

.Into the light.

Tengo un severo fastidio gracias a maravillosos problemas de conexión a Internet (definitivamente NO el más grave de mis problemas xD). Pero igualmente preparada para contar mi experiencia del día.
Como dije anteriormente, hoy tenía una entrevista. Fue en el aeropuerto, para un puesto muy similar al que me ofrecían cuando tuve aquella histórica entrevista en el lovely Lugano. Esta vez llegaron a explicarme un poco más en qué consiste la posición e, incluso, lograron capturar mi atención (a pesar de que advirtieron que muchas veces hay que trabajar en condiciones adversas: intensísimo calor en verano, frío insoportable en invierno, lluvias, tormentas, granizo, etc.) cuando dijeron que una de las tantas tareas es revisar los aviones una vez que los pasajeros se bajan, para asegurarse de que nadie se olvidó nada y demás. Claro está que la idea de poner un pie arriba de un avión me llena de entusiasmo, aunque no sea más que para revisar los asientos. Pero quizás, con un poco de suerte, como pensé ésta tarde, sin que nadie se de cuenta que estoy arriba, puede que el avión despegue y me deje accidentalmente en Londres.
Absurdo, I know.
En todo caso, lo importante es lo siguiente… a pesar de que me llamaron para que mañana empiece uno de los taaaaaantos cursos que requiere la posición, simplemente no puedo ir. No puedo empezar.
Pensarán que estoy loca.
En realidad, más que loca, soy estúpida.
Una de las primeras cosas que me pidieron cuando me llamaron fue el analítico que certifica que terminé el colegio secundario.
Nunca terminé de rendir las materias.
Me gustaría decir que tengo una explicación lógica y seria para tener veintiún años y todavía deber dos materias de mierda, pero lamentablemente… no, no la tengo. Por un lado, cuando trabajaba no tenía tiempo. Por otro, cuando estuve desempleada, no tenía plata para ir a particular. Y así, de a poco, de a excusas, se me pasaron los años y acá estoy.
También tengo que decir que tengo un para nada coherente rechazo a ir al colegio. Me desespera, me frustra, me irrita, me pone nerviosa, me da dolor de estómago, me agarra pánico, sudo como un cerdo, me tiemblan las manos, me pongo los lentes de sol más grandes que tengo a mano aunque esté nublado nada más que para que no me reconozca nadie ni se me acerquen, ni me hablen.
Sí, también sé que soy más rara que la mierda. Eso no es lo que se discute en éste caso. Estamos hablando de algo totalmente diferente.

Lonely, why so lonely?
Why are you hiding all the time?
Don't you realise time is passing?
Down through the river bed into the tide
To be washed aside


Sé que quienquiera que esté leyendo del otro lado (¿hola? ¿Hay alguien?) tiene ganas de soltarme un lindo discurso sobre lo importantísimo que es terminar el colegio. Les aseguro que ya lo sé, me lo vienen diciendo hace rato, y les juro que puedo descifrar el significado de cada palabra que me dicen.
También les aseguro que entendí. No es el primer trabajo en el que me quedo con las ganas por no tener ese pedazo de papel de porquería. Incluso en miles de ocasiones dije “voy a empezar una carrera…” y no lo pude hacer porque Universidad equivale a secundario completo.
Y, a su vez, me doy cuenta que el tiempo pasa. Y que alargo etapas. La etapa del colegio ya terminó, pero yo todavía la cargo a cuestas. Juro que no hay un día que pase sin que piense en lo que realmente me tengo que poner a hacer, pero muchas veces no encuentro las fuerzas suficientes para ponerme con algo que me resulta extremo desagradable (sí, sé que hay cosas peores, no jodan).
Sin embargo, si no empiezo a pensar en tomármelo en serio, ésta etapa se va a imponer sobre muchas otras, las que de verdad me importan, las que de verdad van a terminar significando algo. Y, por ser estúpida como soy, me las voy a perder.

Tired now, why so tired now?
Have you forgotten how we used to play?
Can't you lie here just a little longer?
Let's stay together and not fade away
Into the night


Y Paula, principalmente ella, como siempre, que tira para sacarme adelante incluso cuando yo me tiro a la retranca, empezó con su ya conocido sermón sobre lo que tengo que hacer y lo que no. Y aunque muchas veces me fastidia que me hablen de ese tema, sé que al menos ella lo hace enteramente por mi bien.
Así que hablando por MSN, tratando de convencerme como sea, ofreciéndose a pagarme ella misma la clases particulares (¿no es un amor?) y tratando de tirarme frases que me motiven (“Parece que quisieras que Tim supiera que sos una burra” (¿?)!) , terminó encontrando una que hizo clic: “Seguro que Jayne sí que terminó la secundaria”.
¡Díganme hueca, pero esa mujer tiene absolutamente todo lo que quiero en esta vida! Tengo que admitir que la envidio (muchas veces de una manera para nada sana) y me doy cuenta que, si tiene la suerte suficiente para haber conseguido todo eso, es porque no hizo las cosas tan mal.
Ya sé que es una motivación quizás poco feliz, poco inteligente, poco lo que quieran. Pero la cuestión es que ME SIRVA.
Quién sabe. Quizás entre mi prima y Jayne Rice-Oxley termine encaminándome un poco.
¡Y yo que siempre creí que el que iba a sacarme del pozo es el marido!

Come out into the light,

L.

sábado, 17 de abril de 2010

. Just a hopeless dreamer .


Tengo algunas particularidades que me hacen ser exactame
nte como soy y que, malas o buenas, no cambiaría por nada del mundo. (¡No otra vez, al menos!)
1- Si me engancho con un libro, puedo devorarlo en un solo día, sin importar la cantidad de páginas que tenga.
2- Siempre que viajo (tren, colectivo, combi, micro, auto, ¡lo que sea!) dentro de mi cabeza se van formando frases que forman párrafos que forman parte de alguna historia que estoy escribiendo.
3- Siempre me olvido las frases y párrafos que se forman en mi cabeza mientras viajo.
4- Los sonidos que más disfruto son la lluvia y el silencio.
5- Me gusta ir a Paseo La Plaza los días de semana, al mediodía, cuando todos están en sus respectivos trabajos, y sentarme en un banco de madera debajo de un árbol, escuchando música tranquila de fondo y escribirle cartas a Tim que nunca envío.
6- Cada vez que voy a algún lado con mi mamá, no puedo evitar comprarle todo lo que quiere a pesar de que mi billetera y mi cuenta bancaria se vayan vaciando alarmantemente.
7- Me gusta mucho el ciboulette. La hierba y la palabra.
8- Me declaro como una semi-vegetariana: no como carnes rojas, pero sí como pollo y fiambres. Ni yo me lo termino de explicar todavía.
9- Me gusta hacer girls night completamente sola: me pongo música que me guste o alguna serie, como con palitos chinos, me hago un facial y termino en la cama con un buen libro.
10- Detesto los celulares con pantalla táctil.
11- Amo mi Blackberry.
12- Colecciono peluches de orugas.
13- Soy adicta a los bizcochitos de grasa de la panadería.
14- Me gusta el mate dulce y lavado.
15- No le tengo paciencia a mi pelo, por eso prefiero tenerlo corto.
16- Me gusta más lo salado que lo dulce, pero nunca le digo que no a un chocolate o a una caja de Sugus Confitados (perdición total, ¡más los de color rosa!).
17- He llegado a ver Notting Hill tres veces en el mismo día. Y lloré como una marrana cada una de esas veces.
18- A pesar de que Hugh Jackman, Gerard Butler y Josh Holloway están para ser comidos con cuchara, mis actores preferidos son Ian McKellen y Colin Firth.
19- Uno de mis trabajos soñados sería entrar en British Airways.
20- La realidad es que mi aspiración profesional sería ser Beth, la asistente personal de Keane.
21- Tengo una afición a los moños, y si son rosas mucho mejor.
22- Nunca me gustó mostrar las piernas pero ahora muero por los vestiditos.
23- Bajé doce kilos en dos meses y todavía no me explico cómo lo hice.
24- Siempre me engancho con más series de las que puedo ver.25- Estoy enamoradísima de Ned, el pastelero de Pushing Daisies (uno de los dos hombres en esta tierra con el que me casaría sin dudarlo).
26- Elijo los nombres de mis futuros hijos según personajes de libros que me marcaron.
27- Compro vinilos de Keane por el mero hecho de tenerlos, aunque no tengo manera alguna de reproducirlos.
28-
No volví a lavar (ni a usar, vale aclarar) las zapatillas que usé el 7 de marzo de 2009 en el recital de Keane del Club Ciudad.
29- Si no me levanto con Tim cantándome These Days desde el celular, mi día empieza muy mal.30- Lloro prácticamente por todo.
31- Amo a mis mascotas, pero mi debilidad absoluta es mi perrito Frodo.
32- Odio cuando la gente le pone nombres comunes y repetidos a sus mascotas (y ni hablar de cuando le ponen nombres ridículos a sus hijos).
33- El lugar donde más cómoda me siento es en una reunión de Fan’s Club.34- Tengo MUY mala memoria.
35- Me hace feliz retozar en mi cama los domingos a la mañana.
36- No sirvo para dormir hasta tarde, excepto que esté en la casa de mis primas.
37- Me encanta la Navidad, pero Año Nuevo me deprime.
38- Me gusta cocinar, pero sólo cosas dulces.
39- Odio a una parte de mi familia.
40- Me gusta hacer manualidades y organizar fiestas.
41- Siempre quiero estudiar algo, pero nunca me decido a empezar.
42- Soy un poco inconstante en prácticamente todos los aspectos de mi vida.
43- Mi risa cambia con el paso del tiempo.
44- Mi grupo de amigos es una de las mejores cosas que me pasó en la vida.
45- Siempre empiezo a ahorrar para irme de viaje a UK, pero nunca me dura la plata.
46- Lo más que duré en un trabajo fueron seis meses.
47- Nunca entendí por qué gente como Shakira o Enrique Iglesias canta (y por qué ganan tanta plata) o por qué gente como Marcela Morelo y Diego Torres no se jubilan de una vez.
48- Detesto la televisión abierta.
49- No tengo paciencia para sacar fotos.
50-
Prefiero irme de vacaciones en invierno y caminar por al lado del mar bien abrigada.
51- Me gustan los fideos más que cualquier otra comida.
52- Invento recetas que no siempre salen bien.
53- A veces voy caminando hasta el hotel Faena nada más que para recordar mis días más felices, cerrar los ojos e imaginar que sigo ahí.
54- Necesito tener siempre a mano algo para escribir.
55- Con algunos libros me emociono tanto que hasta pego grititos, me río sola o lloro más que con cualquier otra situación de la vida real.
56- Me encanta la ropa y tengo buen gusto para vestirme, pero nunca gasto plata ni tiempo en hacerlo.
57- Sueño todo el tiempo, no importa si estoy despierta o dormida.
58- A veces hablo sola en inglés sin darme cuenta.
59- No entiendo ABSOLUTAMENTE NADA de autos.
60- Siempre quise aprender francés.
61- Mi beatle preferido es Ringo.
62- Quiero una laptop rosa, pero le tengo mucho amor a mi viejo cacharro aparatoso que se hace llamar computadora.
63- Colecciono los tags de las aerolíneas que se caen de las valijas en el aeropuerto.
64- Me gusta pintarme los labios de rojo.
65- Se me pegan frases que detesto, como: “te re cabió”.
66- Puedo leer el Señor de los Anillos un millón de veces sin cansarme jamás.
67- Amo andar descalza en verano.
68- Me gusta bañarme con agua caliente y dejar que me caiga en la parte de atrás del cuello durante un buen rato.
69- Tengo un montón de proyectos que no sé cómo realizar y a veces hasta me da fiaca averiguarlo.
70- Los análisis de sangre son, para mí, un sinónimo fiel de “tortura”.
71- El Lemon Pie me puede.
72- Mi trago preferido es el daikiri de frutilla.
73- Abrazo gente todo el tiempo.
74- Hay canciones que me ponen la piel de gallina.
75- Me divierte tener blogs.
76- Uno de mis tantos sueños es tener una librería como la que tiene Meg Ryan en Tienes un E-mail.
77- Tuve tres granitos en un cachete durante meses. Use mil cremas y no logré sacarlos. Dejé de ir a IBM y desaparecieron.
78- El olor del desodorante Nivea Double Effect me hace acordar a la última visita de Keane.
79- Siempre trato de llevar diarios, pero me aburro rápido porque nunca tengo mucho que contar.
80- En mi habitación tengo la hora de Buenos Aires en la computadora… y la de Londres en el reloj del escritorio.
81- Me encantan los juegos de mesa (y los juegos en general) y me enoja que mis amigos no quieran seguir jugando xD.82- Adoro a las boy bands noventosas, en especial a los Backstreet Boys y Westlife.
83- Por alguna razón, los niños tienden a adorarme.
84- Extraño la casa de Banfield.
85- Últimamente caí en la tentación de descargar libros de Internet. Siempre preferí tener el libro de verdad en la mano, ¡pero algunos no se consiguen y aparte no tengo mucho capital, que digamos!
86- Podría leer Corazones Salvajes, de Jayne Ann Krentz TODOS LOS DÍAS.87- A pesar de lo fastidioso que resulta, siempre se me termina pegando algún que otro tema de alguna banda poco gloriosa (por ejemplo, los Jonas Brothers u.u)
88- Muchas veces desearía que escribir fics fuera un trabajo redituable.
89- Me irrito si, de tanto en tanto, no me dejan un buen rato sola.
90- Sigo pensando, más que nunca, que los hombres inalcanzables son mil veces más maravillosos que cualquier otro que puedas cruzarte en la calle.
91- Amo las tardes de Starbucks/McDonald’s con Kmi y Ema hablando de libros.
92- Me gusta quedarme dormida después de horas y horas charlando con Pau en la oscuridad.

93- No hay nada como levantarse todos los días con una sonrisa porque sabes quién sos, qué querés y qué te hace feliz.

Entre muchas, muchas otras cosas.

L.

viernes, 16 de abril de 2010

. Nube de ideas .


Ésta tarde me pasó otra de las cosas que hacía rato me venían evitando. Tanto como en su momento me había abandonado la escritura, todo lo que es "el proceso creativo", el flujo de ideas que termina resultando en una historia nueva, era totalmente inexistente. Por lo tanto cuando hoy me senté a mi escritorio y empecé a garabatear sin parar detalles de personajes, situaciones, lugares, tramas, escenas... ¡Dios, qué felicidad! Fue como sentir que la sangre volvía a fluir en mis venas. Como recuperar la vista después de un largo período de ceguera. Simplemente liberador y maravilloso.
Tengo la cabeza hecha un hervidero de cosas. Cada dos minutos salgo corriendo a anotar algo más. Llevaba tanto tiempo sin sentir esa excitación de tener que escribir todo para que no se me olvide, de planear capítulos con más ganas de lo que planeo cualquier otro aspecto de mi vida... que cuando vi las cuatro hojas llenas de conceptos casi me pongo a saltar de alegría. Las horas de la tarde se me fueron sin darme cuenta mientras trataba que eso que ahora sólo es un pedazo de papel contara con cada detalle para poder darle vida en el futuro.
Así que espero con ansias que en los próximos días pueda verme envuelta en el embrollo de empezar de nuevo. Ya casi no puedo esperar.

Por otra parte, ésta mañana me llamaron para una entrevista el día lunes. No quiero dar muchos detalles por si se me quema, pero vendré con más información en cuanto sepa qué más me depara el destino.
Y antes de cenar, encontré en la televisión un especial navideño del año 2008 de Top of the Pops, donde pasaron Spiralling. No es exactamente una canción muy emocional, pero se me hizo un nudo en la garganta y me puse a llorar como una idiota.
O estoy muy idiota o, simplemente y gracias al cielo, volví a ser la misma de antes.

Teniendo la sensación de que hoy fue un día casi perfecto,

L.

jueves, 15 de abril de 2010

. Y Tim Rice-Oxley me arrastra a su antojo .

Ésta mañana cuando me levanté sentía (además de una pelota en el estómago por toda la chatarra que estoy ingiriendo últimamente) la misma motivación que me dejó ayer la tarde de escritura. Por lo tanto, después de tomarme un té con la esperanza de que eso me aliviara un poco el malestar, me senté en la cama rodeada de todos los cuadernitos que normalmente utilizo para anotar las ideas para futuras/presentes historias y me puse a revolverlos en busca de mi próxima actividad literaria.
Tras varios minutos de ir y venir entre distintos fics (uno lacrimógeno de Tom, uno más electrizante de Tim, uno que estaba completamente indefinido, etc.) me dije a mí misma que quizás era hora de centrar mi cabeza en escribir algo non-fic related. Nunca antes me animé a hacerlo, porque muchas veces las ideas que me surgen vienen attacheadas de una con: a) un tipo que toca el piano y tiene el pecho peludo; b) un tipo en sus treintas, con mejillas rosadas y actitud infantil; c) un tipo con mucha barba, algo escuálido y muchas ideas políticas. Sin embargo, ésta vez (la primera vez), me dije que no puede ser tan difícil. Un personaje es un personaje, ¿o no? Que tenga ojos azules y sepa tocar la batería no quiere decir que sí o sí tenga que ser Richard Hughes.
Así que me puse a pensar, incansable, mil conceptos distintos para lo que alguna vez podría llegar a ser un prospecto de un libro de verdad. Desenterré ideas que habían quedado de la época de Green Stories, traté de ver si las que no hice para Keane Fics podían adaptarse, rebusqué en el fondo de mi mente a ver si había una leve lucecita que me marcara el camino... y encontré algunas cosas. Cosas que no me convencieron demasiado, pero cosas al fin.

Hace un par de horas, chateando por MSN con mi mejor amigo, Emanuel, me dice que había previews de algunos temas nuevos de The Night Train (aquellos no muy duchos en cuestiones de Keane: el EP que la banda lanza en el próximo mes de mayo), incluída la canción Your Love, que lleva al frente la voz de Rice-Oxley. Con la desesperación digna de una freak como yo, le rogué que me pasara los temas. Lo soborné, le prometí tortas de chocolate y le puse caritas llorosas para que se conmoviera. Todo innecesariamente, porque Ema es lo más dulce del mundo y no hace falta que te pongas de rodillas: si puede hacer algo para que seas feliz, lo hace.
De modo que mi maravilloso amigo me manda por mail un archivo titulado "back in time and your love", que me apuro en descargar en mi Blackberry. Desesperadísima, espero hasta que la descarga llega al cien por ciento y pongo play.
Eran sólo treinta segundos de cada una. Back in Time me pareció bastante agradable, pero seguía siendo la voz de Tom, así que mi ansiedad estaba enfocada hacia otro lado y no llegué a dedicarle la atención que merecía (prometo hacerlo en un rato). Después de los treinta segundos más eternos de mi vida... lo escuché. Es su voz. La voz que me despierta todas las mañanas, la que causa lágrimas inexplicables apenas abre la boca.
Absolutamente emocionada, balbuceo un par de cosas inteligibles por MSN y salgo corriendo a hacer que mi mamá (que siempre tiene que sufrir mi locura por Keane) escuche esa cosa hermosa.

Y mientras la repetía, una y otra vez, esos últimos treinta segundos, esos únicos treinta segundos... lo supe. Se viene otro fic. Me lo arranca aunque no quiera. No me da otra opción. Me suplica una muestra más de amor, me pide que lo plasme en una hoja virtual, como tantas otras veces. Me convence. Con esa voz dulce que me resulta irresistible (aunque a otros les resulte "inoible" xD). Me atrapa. Otra vez. Como siempre. Sin remedio. Sin escapatoria. Sin deseos de escapar.
Y le digo que sí. Porque soy débil, porque quiero, porque me puede, porque soy suya. Así que mi nueva misión se trata de encontrar una idea a la altura de ese hombre.
Va a ser difícil, pero por él, lo imposible.

L.

PS: Lo genial es que, cada vez que uno de estos asuntos taaan míos me regalan esta alegría extrema, Adrián me viene con tragedias, en forma de e-mail. La última: está tan mal, tan deprimido, tan perdido, que tiene que tomar ansiolíticos. ¡Quién me manda a mí!

miércoles, 14 de abril de 2010

. Volviendo a la normalidad .

Hoy fui feliz.
No porque haya pasado algo extraordinario, o algo inesperado, o algo que afecte mi vida o la de alguien que quiero de alguna manera. No me visitó nadie, no me llamó nadie, ni me gané un viaje a UK. Tim Rice-Oxley no me respondió ninguna de las cartas que le envío hace casi tres años. No le pegué al Loto, ni me reencontré con alguien que hace mucho que no veo.
Solamente me reencontré conmigo misma.
Esta tarde, en medio de lluvias intermitentes, tazas humeantes de té y varias capas de abrigo gracias a que al fin el verano ha decidido abandonarnos, volví a escribir. Casi con facilidad. No hice más que poner los dedos sobre el teclado y todo lo que vengo acumulando hace MESES, empezó a fluir. Pasaron horas, horas enteras sin más compañía que la de mi monitor viejo y las ideas que salían solas, sin esfuerzo alguno, sin molestia alguna. El capítulo que tenía planeado hace muchísimo tiempo (el capítulo final, by the way) al fin logró dejar de ser un mero bosquejo mental para convertirse en palabras, frases, oraciones y párrafos plasmados en hojas y más hojas de word. De una vez por todas pude poner la palabra FIN en el fondo del documento y sentirme satisfecha porque no tengo eso pendiente.
Escribir es como el oxígeno: si me falta el aire sé que puedo aguantar la respiración un rato, pero tarde o temprano me voy a empezar a asfixiar y voy a tener que buscar más. En éste caso, pueden pasar días o semanas sin que suelte una sola página, pero en algún momento me va a empezar a abrumar la necesidad de soltarlo.
¡Me hacía tanta falta! Al no terminar ese capítulo era como que una parte mía estaba incompleta. Todavía me acuerdo cuando me sentaba a escribir un poco todos los días (con un poco me refiero a vaaarias horas, no menos de tres horas diarias, mayormente en la época de Green Stories, cuando dejé de ir al colegio, cosa que ahora no nos compete en lo absoluto en el tema que estamos tratando) y ¡eso se me hacía tan ideal! Creo que si pudiese realmente escribir algo cada día, no me frustraría tanto como suelo hacerlo.
Así que basta de tanta cháchara y, en especial, espero poder decirle basta a tanto bloqueo (otro tema quizás a tratar otro día, ¡el muy hijo de puta se merece un post largo y cargado de odio!). Orgullosamente, hoy terminé Leaving So Soon y no puedo dejar de sonreír. Todos invitados a pegarle una miradita y dar sus opiniones en Keane Fics.


L.

PS: Estaba acordándome de algo que dijo Tim en Strangers en cierta ocasión y con lo que, en éste momento, me siento bastante identificada: "If I were happy and contented and normal, the I wouldn't be ale to work". ¿Será que para poder escribir (aunque sea un humilde fic) nunca voy a poder sentirme conforme con una vida normal y feliz? Tendremos que averiguarlo en próximos capítulos de Between Live Blogs and Life Doubts.

martes, 13 de abril de 2010

. Hopes & Fears .


Y sí, al igual que Claire, yo también me quedé sola. Pero a diferencia del personaje de Marian Keyes, fue una elección propia.
Si realmente hay alguien del otro lado leyendo (cosa que empiezo a dudar) deben pensar que estoy completamente loca. No hace ni dos semanas escribía sobre lo bien y feliz que me sentía. Sobre lo reales que me parecían las películas románticas. Sobre lo maravilloso de mi novio, y lo mucho que habían cambiado las cosas...
Bueno, precisamente. Cambiaron. Es decir, yo la estaba pasando bárbaro. Tenía esperanzas puestas en todo lo que hacíamos, en que iba a salir más que bien. Adrián era todo lo que podía soñar: alguien que me quiere y me pone al tope de su lista de prioridades y que dedica cada minuto a mi lado para que sea feliz y que me mira como si fuera lo más hermoso del mundo y me trata con delicadeza y...
Y nada. Porque así y todo, aunque toda yo lo aceptaba, mi corazón seguía rechazándolo con brusquedad, por mucho que yo quería ignorarlo. Por mucho que me hacía la boluda y no lo quería escuchar. Por mucho miedo que tuviera a quedarme sola de nuevo... no me quedó más remedio que aceptar que, cada vez que me besaba, en vez de sentir la emoción que provoca algo tan único y fantástico como un beso, sentía la misma emoción que siento cuando hago la cola en el supermercado.
Un bajón, lisa y llanamente, y no puedo explciar con fidelidad lo enojada que estuve conmigo misma. Pero por muy furiosa que me pusiera, sabía que no tenía más escapatoria que terminar con la relación. ¿Qué sentido tiene darle a él la ilusión de que todo está yendo como esperábamos cuando en realidad todo está tal y como estaba antes de volver a intentarlo?
Y ahí llegaron los miedos. Porque romperle el corazón a alguien por segunda vez (en tres semanas, ¡debe ser un record!) no es nada divertido. No dejé de pensar ni un minuto en cómo iban a ser las cosas, qué decir para consolarlo, cómo no arruinarle su cumpleaños que estaba bien en el medio, cómo evitar que se diera cuenta que algo no estaba bien hasta que fuera el momento adecuado de decírselo... ¡uff, tanta presión!
Y tanto miedo también por mí. ¿Y qué si estoy dejando ir a la única persona en el mundo que está dispuesto a armar su vida conmigo? Por ahí el que yo no lo ame es un detalle insignificante. La soledad eterna parece un problema mucho mayor...
Pero no. Una vez, hace no mucho tiempo, yo misma me propuse la soledad como destino y, a pesar de no ser lo más maravilloso que se me había ocurrido, lo acepté de buena manera y supe armarme cierta felicidad a partir de eso. Así que, si ése tuviese que ser mi futuro, sé que lo puedo manejar. Y si no lo fuera, entonces voy a saber que hice lo correcto. O no. Quién sabe.
Esa teoría de que hay una persona ideal para cada uno me alivia y me aterra al mismo tiempo. Alivia porque sabés que tarde o temprano debería aparecer y que, sin lugar a dudas, el amor va a ser mutuo, porque, carajo, ¡para eso es la persona ideal! Aterra porque, incluso siendo así, es muy posible que cuando te pase por al lado estés demasiado ciega para reconocerlo y lo dejes ir. Y no sé si esa teoría garantiza realmente que vayan a reencontrarse antes del final.

Sí, sé que debería relajarme y pensar menos. No es la primera vez que me lo dicen. Pero no puedo evitarlo, así soy yo. De todos modos, aunque no lo parezca, estoy bien. Nunca es lindo que una relación no funcione, sin importar cómo haya sido, pero tengo la tranquilidad de que hice lo que tenía que hacer.
A ver si de una vez dejo de enredarme tanto en mis propias reflexiones y respiro un poco más. No me vendría nada mal...

Sigo leyendo, a ver si a Claire le va un poco mejor...

Espero.

L.

viernes, 9 de abril de 2010

. Little broken words .

Confusión. Quilombo mental. Matete. Mezcla de pensamientos. Licuado de pensamientos. Tremendo enredo. Nudos de dudas atascados en la cañería. Maldición emocional. Llanto amargo. Auto-convencimiento. Auto-degradamiento. Tristeza. Bronca. Incapacidad. Charlas con personas queridas imaginarias. Ojos clavados en la nada. Repaso de situaciones. Crítica de situaciones. Hallazgo de errores. Doloroso entendimiento. Una pizca renuente de confusión, ¡todavía no se quiere ir!. Negociación. Tira y afloje. Resignación. Planeamiento. Deseos de desaparecer. Mentiras piadosas. Almas que caen a pedazos. Profundas ganas de abrazar un pasado no tan lejano. Malas decisiones. Decisiones acertadas, pero retiradas. Idiotez. Incomprensión. Alguna que otra lágrima que quedaba. Silencio. Personasqueridasimaginarias que jamás responden pero asienten sin moverse, totalmente de acuerdo. Incoherencia. Enojo. Un scone seco. Sugerencias. Temor. Verguenza. Arrepentimiento. Revelaciones. Daño cerebral. Cansancio. Soledad. Felicidad. Felicidad que nunca dura. Gritos reprimidos. Más ganas de huir. Soluciones pospuestas.
BOLUDEZ.

L.

jueves, 8 de abril de 2010

. Stop for a minute .

Llevo días sin tocar una sola tecla, sin llenar poco a poco las hojas en blanco del Word, sin dejarme envolver por la maravillosa sensación que me invade cuando escribo. No puedo. No me sale.
No sólo dejé vacío ésta especie de diario donde voy posteando experiencias diarias de mi vida, sino que tampoco pude volver a tocar la historia en la que estoy trabajando hace meses. Lástima que justo me fui a bloquear en el capítulo final. Sé de dos o tres personas que tienen ganas de matarme.
Estas últimas semanas, si bien no se vieron agitadas por actividad alguna, volaron. Se fueron. No me dieron tiempo a nada. Parece que alguien le hubiese puesto un motor v8 a los relojes. No tengo tiempo suficiente para asimilar nada, aunque la verdad no me pasó nada interesante.
Haber dejado el trabajo que me agobiaba mental y emocionalmente me trajo muchísima paz. Cierta felicidad incluso. Una gran cantidad de momentos de puro ocio. Tuve la ocasión de devorar un par de libros (unos mejores que otros); criticar a piacere las nuevas canciones de Keane; limpiar mi habitación, reacomodarla, revivirla; saltar con ideas irrealizables; plantearme una y mil veces mi vida.
Esto último me hizo sentir como si hubiese dos versiones de mí, como si me estuviera mirando en un espejo, pero mi reflejo se negara a hacer lo mismo que mi verdadero yo. Mientras seguía precipitándome a decisiones, tratando de convencerme antes de considerar las cosas siquiera, detrás del espejo me digo a mí misma esperá un minuto, pensalo mejor, no te obligues a algo que nunca va a poder ser, hay otras opciones, encontrá el camino de verdad.
Cada vez que me miro en ese espejo me pregunto quién soy y adónde voy y muchas veces no encuentro la respuesta o me contesto incorrectamente. Sigo empeñada en las mismas ideas de cuando tenía diecisiete años y estaba convencida de que iba a superar a cualquiera que se me pusiera en el camino, pero hasta ahora no hice mucho más que caerme y levantarme cada vez con más confusión.
No es que extrañe mi trabajo. Puedo asegurar que NO. Es más bien que extraño lo que era tener una noción general de lo que quería hacer. Ahora las ideas, las auto-propuestas, las fantasías se mezclan, se enredan, hacen un nudo… y por más que tiro de los hilos no puedo ponerlas en orden para decidir. En menos de una semana traté de: entrar a trabajar en el aeropuerto, dedicarme exclusivamente a estudiar (lo que supuso la larga y tediosa cuestión de ¿qué estudio?), poner una librería, poner una cafetería, poner una casa de té, poner una rockería, ponerme a escribir un libro serio y buscar a alguien lo publique (¿?), ir al curso de Corte y Confección con mi mamá, empezar a criar Golden Retrievers, hacer manualidades (que incluye de hecho una caja hecha de cajas de Sugus), dedicarme a la pastelería…
Y hoy es jueves (ni siquiera es viernes, ni siquiera terminó la semana y ya pasé por toda esta tormenta de ideas) y estoy en cero. No sé qué quiero. No sé qué hacer. No sé quién quiero ser.
Tampoco está bueno tratar de pensar en las cosas para las que soy buena y que resulten útiles y no poder encontrar ninguna. Eso tiene que ser un golpe a la autoestima.

Y ojalá fueran sólo temas del trabajo. Pero otra vez me empiezo a sentir incómoda, restringida, a veces incluso cansada y sobre todo imposibilitada en otros aspectos de mi vida. Y eso es todavía más difícil de solucionar.

L.