jueves, 10 de junio de 2010

. Try again .

Si por una de esas casualidades alguno de ustedes (con ustedes, me refiero a las no-personas que no me leen, porque cada día estoy más convencida de que escribo esto sólo para releerlo yo en momentos de ocio o mala memoria) está mirando este posteo parado, recomiendo que se siente. ¿Ya está? ¿Seguro? Porque tengo un anuncio que sin lugar a dudas nadie espera, así que después no quiero reclamos de que les duele el cabúz por caerse al suelo, ¿eh?
Mañana... empiezo particular. ¡CHAN!
Bueno, sí. Quizás después de tanto preámbulo esperaban una noticia más spicy. Pero, ¿qué puedo decir? En mi vida hay menos condimento que en la dieta de un hipertenso. Podría resumirles el día que tuve hoy en sólo tres palabras y con eso me alcanzaría para probarlo: libro, escribir, televisión.
A lo que voy, al fin y al cabo, es que finalmente me armé de valor (y me repetí como setecientas veces la farse motivadora que me dijo Paula hace no mucho, dícese seguroquejayneterminólasecundaria) y hace unos días llamé finalmente a un instituto y me anoté para empezar. Así que mañana es mi primera clase (de momento, matemáticas) y por un lado estoy implorando a los cielos que mi cerebro no esté demasiado oxidado, porque a estas alturas, ya no me acuerdo ni las tablas de multiplicar.
Los números siempre fueron mis enemigos. Nunca nos terminamos de entender. Las letras, sin embargo, me guiñaban un ojo y me invitaban a leer algún libro o a escribir una oración de sujeto y predicado, sabiendo que sin ellas, no me quedaba más que una cabecita apta para nada. Pero sin una calculadora entro en pánico. Los polinomios y los ángulos obtusos se burlaban de mí desde mis hojas cuadriculadas y se mataban de la risa cuando desaprobaba las evaluaciones. Las buenas notas en Historia, Geografía y Lengua (por suerte pocas veces bajé del ocho en las dos primeras, y nunca jamás bajé del nueve en Lengua y Literatura) poco alcanzaban para compensar el fracaso numérico, teniendo en cuenta que mi educación secundaria (si se puede llamar así a estas alturas) tenía una orientación económica.

Y ahora, casi cuatro años más tarde desde que me "gradué", todavía tengo que pensar en mesas, en profesores, en clases particulares.

What I was isn't what I am
I'd change back, but I don't know if I can.

El colegio fue, sin lugar a dudas y como calculo que ha de ser para un buen porcentaje de la gente, la peor época de mi vida. Quizás si no hubiese estado tan ocupada sintiéndome humillada, sola, deprimida y, sí, tengo que decirlo, terriblemente gorda y fea, hubiese tenido tiempo de ocuparme de las materias que estaba adeudando. Las cosas que me resultaban simples y no me daban tantos dolores de cabeza, lograba hacerlas desde un huequito de mi caparazón invisible, que sin embargo estaba llenísimo de grietas de todos los proyectiles (en forma de bromas, insultos y desilusiones) que me habían arrojado. Pero ¿matemáticas? ¿Contabilidad? ¿Biología? ¡Y no me hagan hablar de Educación Física! Todas esas cosas me resultaban imposibles, complicadas. Me hacían sentir estúpida, impotente, asqueada, confundida, torpe y, otra vez, gorda.
Cuando llegó mi último año (allá por el 2006, así que empiezo a sentirme paulatinamente vieja), tras una gran crisis de nervios durante las vacaciones de invierno en que lloré y lloré y lloré otro poco más, mis señores padres (siempre unos santos en éstas cuestiones, ¡y han tenido que aguantar cada cosa!) me permitieron que dejara de asistir regularmente a la escuela y rindiera libre todas las materias, con tal de no tener que verme arrastrándome como la imagen misma de la depresión por toda la casa.
Así que feliz y libre, pasé el resto del año intercalando los estudios con la escritura, que me estaba tomando terriblemente en serio (época Green Stories, ¡gloriosa!). Orgullosamente, puedo decir que, a fuerza de horas y horas de biblioteca, aprendí solita, sin más referencias que el programa que me dieran en el colegio, los contenidos de todo un año escolar. En diciembre de ese mismo año rendí en tres días seis materias exitosamente. En febrero otras cuatro más (incluida Cálculo Financiero, que no entendía ni J, y sin embargo me senté, obstinadamente, frente a la carpeta y las fórmulas durante un día entero y la aprobé con un flamante siete - ¡toda una proeza en las mesas recuperatorias!). Y la cantidad de deudas se redujo a tres que, por temas laborales, económicos y, por qué no, también vagancia, se fueron dejando de lado. En 2008 me saqué de encima Biología (había asistido a sólo dos clases en todo el año porque odiaba al profesor y él me odiaba a mí. Simple) con un ocho que jamás en mi vida hubiese esperado y, finalmente acá tengo frente a mí a recta final. Las últimas dos. Un peso sobre cada hombro todos los días de mi vida (especialmente durante las entrevistas laborales. Constantemente aterrada de que me pidan el título secundario).

Pero se acabó. Porque conozco mi potencial. Sé que puedo. No puedo seguir aplazando esto por meido, por fobia o por lo que sea que me esté pasando por dentro. Son dos exámenes de mierda. ¿Qué es tan terrible? ¿Que me digan que está mal y tenga que volver ooootra vez? Por más que me perturbe poner un pie adentro del colegio, la gente que me traumaba tanto ya no está. Las posibilidades de que me los encuentre son mínimas. (Aunque me deprime el hecho de que lo más probable es que todos esos burros ignorantes hayan egresado antes que yo, que muchas veces, por idiota, les hacía las evaluaciones a escondidas).

Mientras escribo esto, casi puedo escuchar la dulce voz de Tom en mi oído: Still I'll try, try again, try again... que me anima, me empuja, me da confianza de a poquito.
Que sea lo que tenga que ser, pero esta etapa empieza ahora.

L.-

2 comments:

Oli Oli dijo...

ESAPERRAORIENTAL termino High School asi que PLEASE Oruga, fulmina esas materias! I know you can do it!

May.- dijo...

Te cito dos cosas que vos escribiste: "Pero se acabó. Porque conozco mi potencial. Sé que puedo." y "En diciembre de ese mismo año rendí en tres días seis materias exitosamente. En febrero otras cuatro más"
Creo que no es necesario decir mucho más. Como ya te dije en Fb, pilas, que cuando lo logres (así va a ser) te vas a sentir genial y se te van a abrir muchas puertas. Respecto a ir a la escuela y la experiencia que eso te representa, como vos bien dijiste, esas personas ya no están más ahi. No te conozco más que por lo que escribis, por lo tanto ni puedo pretender decirte que hacer (nadie deberia) pero te mando mi humilde aliento para la recta final :)
Martina.-