Hoy fui feliz.
No porque haya pasado algo extraordinario, o algo inesperado, o algo que afecte mi vida o la de alguien que quiero de alguna manera. No me visitó nadie, no me llamó nadie, ni me gané un viaje a UK. Tim Rice-Oxley no me respondió ninguna de las cartas que le envío hace casi tres años. No le pegué al Loto, ni me reencontré con alguien que hace mucho que no veo.
Solamente me reencontré conmigo misma.
Esta tarde, en medio de lluvias intermitentes, tazas humeantes de té y varias capas de abrigo gracias a que al fin el verano ha decidido abandonarnos, volví a escribir. Casi con facilidad. No hice más que poner los dedos sobre el teclado y todo lo que vengo acumulando hace MESES, empezó a fluir. Pasaron horas, horas enteras sin más compañía que la de mi monitor viejo y las ideas que salían solas, sin esfuerzo alguno, sin molestia alguna. El capítulo que tenía planeado hace muchísimo tiempo (el capítulo final, by the way) al fin logró dejar de ser un mero bosquejo mental para convertirse en palabras, frases, oraciones y párrafos plasmados en hojas y más hojas de word. De una vez por todas pude poner la palabra FIN en el fondo del documento y sentirme satisfecha porque no tengo eso pendiente.
Escribir es como el oxígeno: si me falta el aire sé que puedo aguantar la respiración un rato, pero tarde o temprano me voy a empezar a asfixiar y voy a tener que buscar más. En éste caso, pueden pasar días o semanas sin que suelte una sola página, pero en algún momento me va a empezar a abrumar la necesidad de soltarlo.
¡Me hacía tanta falta! Al no terminar ese capítulo era como que una parte mía estaba incompleta. Todavía me acuerdo cuando me sentaba a escribir un poco todos los días (con un poco me refiero a vaaarias horas, no menos de tres horas diarias, mayormente en la época de Green Stories, cuando dejé de ir al colegio, cosa que ahora no nos compete en lo absoluto en el tema que estamos tratando) y ¡eso se me hacía tan ideal! Creo que si pudiese realmente escribir algo cada día, no me frustraría tanto como suelo hacerlo.
Así que basta de tanta cháchara y, en especial, espero poder decirle basta a tanto bloqueo (otro tema quizás a tratar otro día, ¡el muy hijo de puta se merece un post largo y cargado de odio!). Orgullosamente, hoy terminé Leaving So Soon y no puedo dejar de sonreír. Todos invitados a pegarle una miradita y dar sus opiniones en Keane Fics.
L.
PS: Estaba acordándome de algo que dijo Tim en Strangers en cierta ocasión y con lo que, en éste momento, me siento bastante identificada: "If I were happy and contented and normal, the I wouldn't be ale to work". ¿Será que para poder escribir (aunque sea un humilde fic) nunca voy a poder sentirme conforme con una vida normal y feliz? Tendremos que averiguarlo en próximos capítulos de Between Live Blogs and Life Doubts.
miércoles, 14 de abril de 2010
. Volviendo a la normalidad .
Posted by L. at 11:08 p. m.
Labels: capítulo, escribir, felicidad, Green Stories, historias, Keane Fics, Strangers
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario